Cada vez que recuerdo todo lo que pasó, no puedo evitar las lágrimas...
Nuestra infancia fue realmente muy dura...
Nuestros padres murieron cuando yo tenÃa tres años y ella apenas habÃa nacido. Todo el mundo decÃa que era un milagro de Dios que nosotros estuviésemos bien, pero, ¿Que clase de Dios bondadoso deja a dos indefensos niños en la calle, pasando hambre y frÃo?
A medida que fuimos creciendo empecé a captar más la realidad. Cada vez más, esa deidad de la que tanto me hablaban me parecÃa menos real. Me parecÃa no más que un cuento para niños, y no la clase de niños que éramos nosotros, sino niños ignorantes, niños idiotas, tanto como los adultos que las creÃan.
Yo tenÃa once años de edad, estaba sucio, flaco y con frÃo en un callejón oscuro frente a la iglesia, buscando las migajas de pan que les tiraban a las palomas. Ella, la pequeña Elise, apenas tenÃa ocho años. Temblaba de frÃo, tenÃa fiebre y el hambre solo empeoraba su situación.
Cuando la gente comenzó a salir de la iglesia, pues la misa habÃa concluido, mi hermana, que estaba agonizando por la fiebre y el frÃo, comenzó a convulsionar. Los ojos se le dieron vuelta, comenzó a chorrearle saliva por la boca y su pequeño cuerpo temblaba como poseÃdo por un espÃritu demoniaco. Un espÃritu demoniaco, una bruja. Eso fue lo que se escuchó de la gente que salÃa de la iglesia. Los "niños paganos" nos llamaban y la gente comenzó a rodearnos. Fui y abracé fuerte a mi hermana. La convulsión cesó, pero la ignorancia de la gente es demasiada. Me arrebataron por la fuerza a mi hermana, quién lloraba desconsoladamente, y un vacÃo invadió mi alma. Me taparon la boca y me llevaron atado hasta un lugar en donde vi, donde sufrà lo peor que me pasó en la vida. Elise fue quemada viva, acusada de brujerÃa. Sus gritos cubrieron por completo el lugar plagado de ignorantes que reÃan, reÃan al ver a una criatura de ocho años quemada viva. Ahà fue cuando entendà todo. Una religión que condena a una niña enferma de brujerÃa y la quema viva. Los que deberÃan ser quemados son ellos. Yo no podÃa permitir que esto quedara asÃ.
Logré escapar y me fui al bosque llorando...
Pasaron muchos años, 20 exactamente. Cada año, el dÃa en que habÃa muerto mi hermana, veÃa una ilusión de ella. Me repetÃa mil veces: "Véngame..."
Hermana mÃa, puedo asegurar que te he vengado.
"La única iglesia que ilumina es la que arde"- Piotr Kropotkin
//alex
La iglesia
Autor: Iván Eroles
(3.75/5)
(15 puntos / 4 votos)
Cuento publicado el 09 de Septiembre de 2019
Nuestra infancia fue realmente muy dura...
Nuestros padres murieron cuando yo tenÃa tres años y ella apenas habÃa nacido. Todo el mundo decÃa que era un milagro de Dios que nosotros estuviésemos bien, pero, ¿Que clase de Dios bondadoso deja a dos indefensos niños en la calle, pasando hambre y frÃo?
A medida que fuimos creciendo empecé a captar más la realidad. Cada vez más, esa deidad de la que tanto me hablaban me parecÃa menos real. Me parecÃa no más que un cuento para niños, y no la clase de niños que éramos nosotros, sino niños ignorantes, niños idiotas, tanto como los adultos que las creÃan.
Yo tenÃa once años de edad, estaba sucio, flaco y con frÃo en un callejón oscuro frente a la iglesia, buscando las migajas de pan que les tiraban a las palomas. Ella, la pequeña Elise, apenas tenÃa ocho años. Temblaba de frÃo, tenÃa fiebre y el hambre solo empeoraba su situación.
Cuando la gente comenzó a salir de la iglesia, pues la misa habÃa concluido, mi hermana, que estaba agonizando por la fiebre y el frÃo, comenzó a convulsionar. Los ojos se le dieron vuelta, comenzó a chorrearle saliva por la boca y su pequeño cuerpo temblaba como poseÃdo por un espÃritu demoniaco. Un espÃritu demoniaco, una bruja. Eso fue lo que se escuchó de la gente que salÃa de la iglesia. Los "niños paganos" nos llamaban y la gente comenzó a rodearnos. Fui y abracé fuerte a mi hermana. La convulsión cesó, pero la ignorancia de la gente es demasiada. Me arrebataron por la fuerza a mi hermana, quién lloraba desconsoladamente, y un vacÃo invadió mi alma. Me taparon la boca y me llevaron atado hasta un lugar en donde vi, donde sufrà lo peor que me pasó en la vida. Elise fue quemada viva, acusada de brujerÃa. Sus gritos cubrieron por completo el lugar plagado de ignorantes que reÃan, reÃan al ver a una criatura de ocho años quemada viva. Ahà fue cuando entendà todo. Una religión que condena a una niña enferma de brujerÃa y la quema viva. Los que deberÃan ser quemados son ellos. Yo no podÃa permitir que esto quedara asÃ.
Logré escapar y me fui al bosque llorando...
Pasaron muchos años, 20 exactamente. Cada año, el dÃa en que habÃa muerto mi hermana, veÃa una ilusión de ella. Me repetÃa mil veces: "Véngame..."
Hermana mÃa, puedo asegurar que te he vengado.
"La única iglesia que ilumina es la que arde"- Piotr Kropotkin
Otros cuentos fantásticos que seguro que te gustan:
- La ventana rota
- Pipilinita
- Luz y Oscuridad
- Un Viaje en Taxi
- Un Alma en Pena
¿Te ha gustado este cuento? Deja tu comentario más abajo
(Nota: Para poder dejar tu comentario debes estar registrado.TodavÃa no lo estás? Hazlo en un minuto aquÃ)
Últimos comentarios sobre este cuento