Estoy loca

Fui una muchacha en el bachillerato, y con el amargo y venenoso trago del cambio a la universidad, he notado que me he vuelto otra chica muy diferente.

De chica popular, ahora en mi clase, soy algo como el sueño ambulante. En otras palabras, la chica X... o más que la chica X, soy una X... Poco confiable, repulsiva, cretina, algo perdida, algo soñadora, algo soslayada; invisible, indescifrable, independiente, antisocial, solitaria... son las palabras que son lo que soy.

Soy yo y mis piercings distribuidos en gran proporción, en raras zonas del cuerpo, y mi cabello negri-rojo. Esas características, hablan por mí, y lo anterior, es lo que no deseo compartir con nadie, aunque algunas cosas de mi psicología se noten.

He venido a este mundo, no para sufrir por absolutamente nada. He venido para ser una mujercita, entregada al disfrute. El disfrute, en pocas palabras, es mi declaración de principios. Por lo que, debido a que mis deberes recaen todos sobre mi tonta chica clon, y a mi total carencia de amigos, con quienes cooperar en los deberes. La búsqueda de placer, esta ligada a la falta de compromiso por algo, y a que en mi casa, realmente, no hay nada que hacer. Adoro pues, en mi ocio total, el lavarme supuestamente con enemas... además de tener, no la afición, sino la total pasión, por hacerme scarciones o tatuajes de cicatrices, en todas partes de mi cuerpo, que hago con objeto punzo-penetrantes, y en elaboradas formas.


Cariñosamente, me he estado llamando a mi misma loca, no por lo descrito anteriormente, que es absolutamente normal, sino porque creo tener una fijación: Estoy convencida de que tengo una conexión con los siniestros pensamientos de algún chico muy especial...

...unida a el, por un fuerte lazo, invisible.

Mi alcázar, la meta como un palacio, no es hallarlo y marlo. Mi alcázar, ¡es llenar de cicatrices su cara!

Ese día, luego de salir del arbusto donde me escondía, mi favorito en el bosque-parque y haber disfrutado oliendo sus calcetines que tomé secretamente, y haber lamido su cuaderno olvidado y haber fumado se cigarrillo tirado, ¡supe que era el, como si estas fueran señales claras!... y que estaba cerca. Me guié hasta el, cual flecha, con mi sola excéntrica presencia me presente, y sin perder tiempo, obstaculicé su paso. Le hice, a los segundos de mirarnos a la cara, una hermosa escarción, que decía “hola” en el lado izquierdo de su pecho.

Me he bebido, el veneno de una nueva era, de nuevo soy otra muchacha, y hasta conseguí empleo en una tienda de tatuajes, ganando reputación ampliamente entre mis compañeros de trabajo.

Pero el chico, que había huido, de una forma extraña como despavorida, ha vuelto, y me ha aterrorizado, al haber resurgido, y me ha solicitado, una nueva escarción, esta vez con la palabra “amor”. Me dijo “quiero 2 letras encima de un labio, y las otras 2 debajo del otro, y cada par de letras, que parte de la base de los mismos, y con la fuente que te proporcionaré...” y con esto último, se entregó a la profesionalidad de una cuchilla... y un resultado sangrientamente estético. Con esto último, fui entonces bonificada, con un beso apasionado de sus labios escarcionados... y totalmente sorprendida,, porqué laceró mi espalda, dejando la huella de una X.

Yo había hecho lo propio en su boca, con una rapidez casi proporcional a la de su laceración. Pero le reconocí, que le faltaba experiencia... y creatividad.