Mineros

Hoy, como seguramente muchas personas sensibilizadas por la situación, amanecí con deseos de dejar mi impronta sobre un suceso esperado hace más de dos meses. Lo primero que viene a mi mente es pensar en la madre tierra que los cobija en su “vientre”. Y que mejor utilizada esta palabra para sintetizar mi pensamiento, porque lo que despierta en mí el evento que comenzará a ocurrir esta tarde es la sensación de un parto múltiple. Suena raro? Creo que no. El 5 de agosto, estremecida por el cosquilleo permanente de picos y palas en sus entrañas, provocó en su interior un alud que fue el inicio de la concepción. Todos desconocían el embarazo, pero el resultado de tantos análisis dio positivo por fin el 22 de ese mes. Es a partir de allí que pudo comprobarse la gestación de 33 “nuevos hombres”. Y vuelvo a remarcar una nueva frase, “nuevos hombres”, ya que jamás volverán a ser los mismos. Sus vidas cambiaron desde aquél estremecimiento, volvieron a alterarse cuando el monitoreo ecográfico descubrió su presencia y nuevamente se modificarán al dar su primer bocanada de oxígeno luego de 67 días de espera. Siguen pensando que no es posible la comparación? La ciencia junto a la tecnología provocarán el parto y uno a uno llegarán a este nuevo mundo que los espera. Lleno de padres reales e improvisados. De quienes seguramente querrán sacar provecho de sus vidas y de aquéllos que sólo necesitan volver a abrazarlos y mimarlos. Tendrán que soportar nuevos derrumbes, el de la prensa implacable y el de los jefes de Estado que no se perderán la foto. Pero también estarán los interesados en su cuidado físico y psicológico, los que les mostrarán el camino para que nada los lastime. En definitiva, tendrán que aprender a convivir con unos y con otros. Así estaba escrito y así se escribirá: “Treinta y tres nuevas vidas engendradas por la tierra vieron la luz en un parto múltiple sin precedentes. La ciencia y la tecnología dieron muestras de que todo es posible”. Mi homenaje sincero a cada uno de los mineros que no bajaron los brazos y aunaron sus fuerzas para que hoy sea un día memorable. Hoy, como seguramente muchas personas sensibilizadas por la situación, amanecí con deseos de dejar mi impronta sobre un suceso esperado hace más de dos meses. Lo primero que viene a mi mente es pensar en la madre tierra que los cobija en su “vientre”. Y que mejor utilizada esta palabra para sintetizar mi pensamiento, porque lo que despierta en mí el evento que comenzará a ocurrir esta tarde es la sensación de un parto múltiple. Suena raro? Creo que no. El 5 de agosto, estremecida por el cosquilleo permanente de picos y palas en sus entrañas, provocó en su interior un alud que fue el inicio de la concepción. Todos desconocían el embarazo, pero el resultado de tantos análisis dio positivo por fin el 22 de ese mes. Es a partir de allí que pudo comprobarse la gestación de 33 “nuevos hombres”. Y vuelvo a remarcar una nueva frase, “nuevos hombres”, ya que jamás volverán a ser los mismos. Sus vidas cambiaron desde aquél estremecimiento, volvieron a alterarse cuando el monitoreo ecográfico descubrió su presencia y nuevamente se modificarán al dar su primer bocanada de oxígeno luego de 67 días de espera. Siguen pensando que no es posible la comparación? La ciencia junto a la tecnología provocarán el parto y uno a uno llegarán a este nuevo mundo que los espera. Lleno de padres reales e improvisados. De quienes seguramente querrán sacar provecho de sus vidas y de aquéllos que sólo necesitan volver a abrazarlos y mimarlos. Tendrán que soportar nuevos derrumbes, el de la prensa implacable y el de los jefes de Estado que no se perderán la foto. Pero también estarán los interesados en su cuidado físico y psicológico, los que les mostrarán el camino para que nada los lastime. En definitiva, tendrán que aprender a convivir con unos y con otros. Así estaba escrito y así se escribirá: “Treinta y tres nuevas vidas engendradas por la tierra vieron la luz en un parto múltiple sin precedentes. La ciencia y la tecnología dieron muestras de que todo es posible”. Mi homenaje sincero a cada uno de los mineros que no bajaron los brazos y aunaron sus fuerzas para que hoy sea un día memorable.