El ave y la hormiga. Otros cuentos


El ave y la hormiga

Autor: Ruben Silva

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Cuento publicado el 09 de Abril de 2010


Una vez un ave cayó al río y ya no pudo volar, por causa desconocida se le habían roto las alas “el ave ya no pudo volar”.

Nadó como pudo, pero todo fue en vano - el cansancio pudo más y el ave cedió desvaneciéndose en las frías aguas.

Día mas tarde se despierta cobijado en una casita echa de ramas, tapado con frazadas - el ave se da cuenta de que no se podía mover - ¡quise escaparme! - ¡me sentí un tanto

asustado! “dijo el ave” pero todo fue inútil. Torniquete en el ala, mas herida que sangraba y una astilla que dolía. De ninguna manera le seria posible marcharse.

Las horas pasaron, se veía venir una fuerte tormenta y al oscurecer - el cielo estalló en pedazos - derramando gotas de agua que venían acompañadas de varios y fuertes rugidos que al escucharse hician que se puedan ver hasta
las cicatrices que oculta el cielo.


Todo era muy confuso, no entendía el porque y mucho menos quien lo había rescatado, el porque ese quien no se hacia presente junto con su sombra. Y ahora ese quien es el que se asombra ¡te dije que te quedaras sin aletear! y mantén el pico serrado - no vez que estas muy débil- esas fueron las palabras. ¿De quien?


Era una hormiga quien lo había rescatado, el ave al verla no supo que decir, tampoco ella se lo permitió, el debía guardar reposo.


La noche se izo larga, basta decir que la hormiga preparó la cena para los dos y al terminar la cena ella lo cuidó
y hasta le cambio las vendas, pero restaba sacar la astilla y no iba a ser nada fácil, el ave corría serio peligro si al intentar remover el pedazo de madera que se le incrustaba
en el pecho - tocaban el corazón. Pero era un riesgo el cual habría que correr, de no sacar la astilla el ave moriría tarde o temprano y sin tener en cuenta que el sufrimiento ya era
incesante.



Con sumo cuidado ella se abrió camino entre las plumas del ave y cómo si fuera que hablamos de un cirujano - ella actuó con suma precisión, la casera cirugía había sido un éxito - el ave por fin respiró aliviado y la hormiga simplemente suspiró.



Así pasaron los días y así pasaron las eternas noches de charla, de amistad y de compañía - el ave ya se había recuperado y era hora de volar, de tomar vuelo y de emigrar. Pero no todo estaba tan perfecto, la falta de sonrisa en la cara de la hormiga demostraba y se hacia notar, ella estaba muy triste – y para que mentir – al ave el simple hecho de pensar de que sin su compañera
el ya no iba a estar, de que no iba a haber otras noches en vela - eso le destrozaba el corazón – a ambos.


El invierno se aproximaba y era un hecho de que el ave debía migrar, ya no se podía retrasar mas el tiempo, el ave tendría que volar ¿pero como? El no se podía separar de su compañera, amiga y protectora. Ambos se habían hecho buenos amigos y era hasta censillo decir que ya eran el uno para el otro. Y el ave tubo que volar.


La despedida fue muy triste y mas aún cuando el ave movió las alas, el tomó vuelo enseguida y al elevarse por última vez el miró hacía atrás y ahí la vio a ella, con una mueca que simulaba ser una sonrisa, pero esta vez los ojitos le brillaban y no era precisamente de alegría, ella
en verdad estaba triste – el en verdad no se quería marchar.


Voló muy deprisa tratando de no pensar en ella y movió muy fuerte las alas intentando sobrepasar al cielo. Hasta que el ave en una gran nube se perdió y la hormiga se le quedó mirando.

Horas pasaron, ya había oscurecido, la hormiga decide entrar a la casita y así resguardarse un poco del amargo frió.

Para que negar que ella no sufría - si al entrar a la casita y ver una pluma en su cama - su alma se rompió en llanto.

Para que negar que no lo extrañaba - si todavía en el aire permanecía su olor y ella no lo veía.




¿Que voy a hacer se pregunto? Y nunca se imagino que la respuesta provendría del otro lado de la puerta. Aleteos y llantos se escucharon esa noche. Basta decir que el ave
había vuelto por ella y que no se iría sin su amiga, su compañera y su otra media mitad- la hormiga.

Y así fue que pasó el tiempo, el ave y la hormiga jamás se separaron. ¡Hasta que solo la muerte un día los separó!!


Hoy cientos de años mas tarde, ya después de muertos hay un rumor que dice que el ave y la hormiga reencarnaron en personas, todo para poder seguir con esa historia.



“Nuestra historia”

//alex


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Últimos comentarios sobre este cuento

Fecha: 2017-04-30 14:32:03
Nombre: GncR
Comentario: Necesito encontrarte. Necesito mucho hablar con vos. Nunca mas pude encontrarte ni decirte lo que realmente sentí... Espero sepas que jamas te juzgue y a pesar de que te entendí mas tarde que temprano todavía acá estoy dispuesta a escucharte también y a poder hablar sin resentimientos. Te extraño siempre. Se que vas a saber como encontrarme y sino lo haces voy a entender que ya no tiene importancia para vos. Un Abrazo.


Fecha: 2010-04-12 19:45:53
Nombre: yecenia
Comentario: es muy bueno a pesar de las diferencias de especies no las detubo. solo fue una gran y buena voluntad de parte de la hormiga ayudar y salvar a ese projimo. quien diria que se formaria una amistad eterna. que bonito me conmovió.


Fecha: 2010-04-10 04:31:26
Nombre: Ruben
Comentario: Es verdad, tendré mas encuenta su sugerencia y trataré de no dejarme llevar tanto por la ansiedad de publicar. gracias...


Fecha: 2010-04-09 06:12:14
Nombre: Antonio
Comentario: La historia del texto es muy tierna.
Con profundo respeto, le sugiero al autor, que de a leer y corregir sus textos antes de publicarlos, pues éste conlleva algunas "desprolijidades" que nos hablan de su inexperiencia o de la ansiedad de publicar sin revisar.
Lo peor que le puede suceder a un autor, es recibir sólo elogios encubriendo una maléfica hipocresía. Un buen amigo, nos marcará los errores sin descalificarnos.