El azar le ha hecho escoger una avenida abarrotada de gente. Todo lo tiene perfectamente planeado, no será difícil, lo ha preparado meticulosamente en su mente durante meses y nunca dudó que no fuera capaz de hacerlo. Desenfunda un arma camuflada en su gabardina, el gran día ha llegado mientras su corazón late con fuerza y el subidón de adrenalina actúa como una droga inhibiendo cualquier sentimiento de piedad.
Descarga todo su odio en cada detonación indiscriminadamente, borracho de sangre derrama a borbotones toda su maldad y la realidad se convierte en el gran escenario de su ira.
Gira sobre si mismo y apunta de nuevo, te descubre mirándolo y clava sus malditos ojos en los tuyos, son sólo décimas de segundos aunque a ti te parezcan una eternidad. Avanza rápido hacia donde te encuentras, no le importa que llores, ni quien eres, ni tu edad, ni tan siquiera a quien puedas dejar atrás.
Pasa todo demasiado rápido, pero el tiempo parece haberse detenido para ti y no tienes capacidad de reacción. Cierras los ojos para esconderte donde su mirada no pueda alcanzarte, mientras escuchas varias detonaciones y el golpe sordo de su cuerpo al caer.
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Últimos comentarios sobre este cuento
Nombre: alejandro
Comentario: Me gusto mucho. Me encanta el finale que se definen en UNA de las cuatro ultimas palabras. Muy bueno!.