Una tarde de esas en las que te aburres en casa, nada en la maldita televisión, hasta los mismísimos cojones de el sálvame, se lo que hiciste, las telenovelas bodrios de tres al cuarto, y como no los documentales de la 2.
Te enganchas al Internet, pero no encuentras nada con que amenizar la tarde, pues que al final terminas saliendo por la puerta, sin destino, sin rumbo, te montas en la moto y a tirar kilómetros.
Recorres Las Palmas, El Muelle Deportivo, Las Alcaravaneras, Guanarte y terminas en la playa de Las Canteras, pues a mirar tangas como diría mi hijo, pero ni eso, un día oscuro me acompañaba, por lo que la playa estaba desierta, de repente una impresionante obra de arte un monumento andante, se cruza por delante de mi campo de visión, sigo andando mirando hacia atrás dando varios pasos con la cabeza girada por completo, la niña del exorcista se queda corta a mi lado, pero un golpe fuerte, seco, duro, hace que mis pies se despeguen del suelo, y el frío piso del paseo de las canteras se acentúa por todo mi cuerpo, pensé “ la puta farola de mierda” pero que lejos de la realidad estaba, cuando los ojos dejaron de dar vueltas y pasé de ver todo nublado, a ver círculos, que son los tres síntomas por los que pasas cuando te das de bruces contra algo en todo los morros. Cual fue mi sorpresa un enorme negro estaba a mis pies, hablando no se que idioma vociferando en voz alta sabrá dios cuantos insultos hacia mi persona, yo no sabia aun que había pasado, donde estaba ni quien era, solo que aquel negro se acercaba a mí con cara de muy pocos amigos.
Me levante como puede a duras penas, y la verdad lo primero que se me ocurre es “Jose salva el culo por que este puto negro viene a por ti” El paseo de las canteras se me quedaba corto, después de recorrer media playa, el corazón se me salía por la boca, los pulmones buscaban aire, yo pensé ¿ya se habrá cansado el jodido negro? Giré la cabeza y dios mío, ¿cansado? Si el hijo puta estaba pegado a mi y la cara que traía era de estar más fresco que una lechuga, y no se que le pasó por el camino al carbón negro que venia corriendo con tres piernas ¿tres piernas? Volví a mirar “que tres piernas” un enorme pene le golpeaba el pecho y las rodillas, se podrán imaginar de la envergadura de esa tercera pierna, no se de donde saqué las fuerzas pero los pies seguían corriendo, sigo mirando de vez en cuando hacia tras y sigo viendo esos tres pies, y en estas escucho sus amenaza gritándome, y por primera vez en un perfecto español “como pares te la vas a comer” yo entendí lo que todos hubiésemos entendido, no hace falta explicaciones a esto.
Corre Jose corre, que como te pillen te van a hacer limpieza de amígdalas, mientras corría empecé a sentir de cintura para abajo algo caliente y viscoso, pero era tanto el miedo y las ansias de salvar mi pellejo que solo corría y corría, vuelvo a mirar al negro carbón, y poon otra vez, otro golpe que me hace levantar los pies del suelo, otra vez el suelo frío, y al terminar las tres fases del golpe, en vez de ver la cara del negro, veo la cara de mi madre “dios que alivio” pensé, era todo un maldito sueño negro, mi madre tenia las dos manos en la cara a la altura de la nariz, pensé que “la pobre se preocupa por mi”
Pues no, cuando mi cabeza vuelve a la normalidad y recobro el sentido y la respiración, y ya empiezo a dejar de escuchar el zumbido, lo primero que escucho es “Foos coño” y la cara de mi madre entre arcadas y provocación “vete al baño” me decía, repetía y repetía “que te metas en la ducha” de repente empiezo a sentirme incomodo, pegajoso, un mal olor subía desde mis partes bajas, cuando logro levantarme del suelo, siento que algo me bajaba despacio y caliente por entre las piernas, miro el piso y veo algo marrón,
dios me he cagado encima.
El puto sueño negro, me cagué encima.
//alex
EL puñetero sueño negro
Autor: Jose Alejandro Pérez Alonso
(3.42/5)
(178 puntos / 52 votos)
Cuento publicado el 19 de Febrero de 2014
Te enganchas al Internet, pero no encuentras nada con que amenizar la tarde, pues que al final terminas saliendo por la puerta, sin destino, sin rumbo, te montas en la moto y a tirar kilómetros.
Recorres Las Palmas, El Muelle Deportivo, Las Alcaravaneras, Guanarte y terminas en la playa de Las Canteras, pues a mirar tangas como diría mi hijo, pero ni eso, un día oscuro me acompañaba, por lo que la playa estaba desierta, de repente una impresionante obra de arte un monumento andante, se cruza por delante de mi campo de visión, sigo andando mirando hacia atrás dando varios pasos con la cabeza girada por completo, la niña del exorcista se queda corta a mi lado, pero un golpe fuerte, seco, duro, hace que mis pies se despeguen del suelo, y el frío piso del paseo de las canteras se acentúa por todo mi cuerpo, pensé “ la puta farola de mierda” pero que lejos de la realidad estaba, cuando los ojos dejaron de dar vueltas y pasé de ver todo nublado, a ver círculos, que son los tres síntomas por los que pasas cuando te das de bruces contra algo en todo los morros. Cual fue mi sorpresa un enorme negro estaba a mis pies, hablando no se que idioma vociferando en voz alta sabrá dios cuantos insultos hacia mi persona, yo no sabia aun que había pasado, donde estaba ni quien era, solo que aquel negro se acercaba a mí con cara de muy pocos amigos.
Me levante como puede a duras penas, y la verdad lo primero que se me ocurre es “Jose salva el culo por que este puto negro viene a por ti” El paseo de las canteras se me quedaba corto, después de recorrer media playa, el corazón se me salía por la boca, los pulmones buscaban aire, yo pensé ¿ya se habrá cansado el jodido negro? Giré la cabeza y dios mío, ¿cansado? Si el hijo puta estaba pegado a mi y la cara que traía era de estar más fresco que una lechuga, y no se que le pasó por el camino al carbón negro que venia corriendo con tres piernas ¿tres piernas? Volví a mirar “que tres piernas” un enorme pene le golpeaba el pecho y las rodillas, se podrán imaginar de la envergadura de esa tercera pierna, no se de donde saqué las fuerzas pero los pies seguían corriendo, sigo mirando de vez en cuando hacia tras y sigo viendo esos tres pies, y en estas escucho sus amenaza gritándome, y por primera vez en un perfecto español “como pares te la vas a comer” yo entendí lo que todos hubiésemos entendido, no hace falta explicaciones a esto.
Corre Jose corre, que como te pillen te van a hacer limpieza de amígdalas, mientras corría empecé a sentir de cintura para abajo algo caliente y viscoso, pero era tanto el miedo y las ansias de salvar mi pellejo que solo corría y corría, vuelvo a mirar al negro carbón, y poon otra vez, otro golpe que me hace levantar los pies del suelo, otra vez el suelo frío, y al terminar las tres fases del golpe, en vez de ver la cara del negro, veo la cara de mi madre “dios que alivio” pensé, era todo un maldito sueño negro, mi madre tenia las dos manos en la cara a la altura de la nariz, pensé que “la pobre se preocupa por mi”
Pues no, cuando mi cabeza vuelve a la normalidad y recobro el sentido y la respiración, y ya empiezo a dejar de escuchar el zumbido, lo primero que escucho es “Foos coño” y la cara de mi madre entre arcadas y provocación “vete al baño” me decía, repetía y repetía “que te metas en la ducha” de repente empiezo a sentirme incomodo, pegajoso, un mal olor subía desde mis partes bajas, cuando logro levantarme del suelo, siento que algo me bajaba despacio y caliente por entre las piernas, miro el piso y veo algo marrón,
dios me he cagado encima.
El puto sueño negro, me cagué encima.
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