Un tanto bullicioso y explorador fui recorriendo el amplio escritorio, distinguÃa perfectamente los iconos de la papelera de reciclaje, mi computadora, el fondo de escritorio era el de una cantante en ropa interior, uno de los tantos favoritos del usuario, y en especial, admiraba con respeto el Ãcono del rey de las redes y amo del universo inalámbrico, nuestro señor el internet, de no ser por el mi contagio seria escaso y mi propagación casi nula, como todo virus informático curioso, fui adentrándome en los más recónditos centros de la computadora huésped, copiaba y copiaba archivos de todas las carpetas que me encontraba, - esta también, creo que esta también – con un pequeño toque, mi infección realizaba réplicas del archivo original, esta era una de las funciones principales que me dio mi creador, conforme me adentraba en el sistema operativo, mi instinto de virus me indicaba que el cazador informático estaba al acecho, en ese preciso momento la tensión me invadió, -estará actualizado- pensé con nerviosismo, le llamaban Dr. Nortonio, era un cazador muy eficaz en las computadoras huésped, supe por internet que eliminaba a miles de nosotros al dÃa, debÃa cuidarme pues su fuerza y su valor eran inigualables. Escarbé cuanto pude en las llaves de registro, con algo de suerte terminarÃa por entorpecer el rendimiento de la computadora y habrÃa logrado mi objetivo principal, me encontraba a salvo, pues las armas del Dr. Nortonio eran obsoletas en ese instante, pero debÃa ser cauteloso ya que las reservas llegarÃan en cualquier momento- casi lo logro, ya casi – suspiraba al ir multiplicándome con rapidez, súbitamente, la destrucción viral comenzó sin previo aviso, ¡mis copias empezaron a desaparecer una a una!, lo peorÂ… ya estaba ocurriendo, la carpeta “mis documentos” habÃa sido limpiada, mis réplicas eran desintegradas con el gran poder del Dr. Nortonio, ¡debÃa huir!, me oculté con habilidad en los puertos de USB, ahà podrÃa resistir un tiempo el exterminio masivoÂ… sin embargo, fui tonto al creer que lograrÃa escapar, en cuestión de segundos el cazador me detectó y comencé a desaparecer lentamenteÂ…
El usuario mostró una sonrisa satisfactoria al evento ocurrido, dio click al cuadro de diálogo y leyó en la computadora:
Mensaje del antivirus
“todas las amenazas han sido detectadas y eliminadas”.